viernes, 29 de julio de 2011

Viejos susuros

Creí no volver a sentir el cosquilleo calido de tus susurros al oido. Se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo, tu boca acariciando con una voz bajita cada milimetro de mi cuello, pasando por la yugular y dejandome sin aliento. Me extrangulas con tus palabras a ras del oído, pero no importa, es un dolor fuerte y dulce de soportar a la vez.

jueves, 7 de julio de 2011

Cae el telón


He escrito a ciegas todo este paraíso, he cerrado los ojos para ver si hay algo mas que me quede por perder. Una vida llena de funciones, una por cada suspiro. Brillamos entre aplausos al acabar la función y morimos al cerrarse el telón. Soy buena actriz, lucho contra monstruos de papel en la oscuridad de mi profunda habitación, pierdo e intento ocultar que he pasado sin tropezar. Con todo esto quiero decir que hoy se paro de nuevo el reloj de las horas muertas, fin de esta actuación. Hace meses que supimos que no volamos igual, llevo demasiada carga, tan simple como cuando cae el telón. El tiempo se detiene, las palabras se hacen cortas y entre los dos pronunciamos un triste adiós. 

La cuadratura del círculo

Damos pasos ciegos, sin rumbo y con poca orientación. Pensamos que la derecha de nuestra izquierda son cómplices de los líos de nuestros pies, que escogen rumbos separados, dejándonos solos antes días grises y decidiendo pararse en ninguna parte a la espera de no sabemos el que. Olvidamos aquellas cosas que no vivimos y vivimos aquellas cosas que no olvidamos para poder seguir adelante. Caminando a veces solos, ó acompañados giramos en cada esquina por no cruzar calles y retrocedemos hasta descubrir que huir no nos salvara de este laberinto absurdo como es el de la vida, ni nos ayudara a dejar de volver al mismo punto de partida.


Los seis dias

Te odio, por dejarme a medias antes de empezar, tanto que podría hacerte resucitar del miedo, del miedo de no poder volver a mis tonterías para hacer tu risa estayar. Todos esos días que has estado  sin estar, comiéndome lospensamientos y exprimiendo las palabras, esas que llegan hasta el éxtasis. Carecer de ti, aunque siempre sigues ahí. Olvidaste en mi alma el cuaderno, en el que solías preguntar cuantos días quedan para vernos. Tengo el corazón apunto de estallar.