Bipolar

Un día me sonríes, otros me vuelves la cara, tu bipolaridad me desconcierta. Debes bajar de las nubes, pero en vez de eso consigues arrastrarme contigo asta hay arriba. Estando tumbados vigilamos a los individuos que yacen en el suelo, nos reímos de su estrés y preocupaciones. De repente tu cara cambia y como si tu mirada me arrebatase las fuerzas para seguir sosteniéndome a tu lado, caigo al vacio. Abro los ojos y me despierto cerca de un aéreo puerto, viendo despegar un avión en el cielo y dándole formas a las nubes, esas nubes que acogiste como tu mundo de hadas y en las que a veces me permites el paso y otras no.

Declaración de guerra

Tardo mucho tiempo en reaccionar. Noto al respirar el calor por dentro, las ganas de salir corriendo cuando lo mejor es camuflar el corazón para que tus ametralladoras miradas no lo agujeren de un golpe. Mis tropas bombardean tus fuertes murallas intentando traspasar la fría distancia entre los dos, pero tú te lo tomas como si los dos a medias jugáramos al disparar. Ataques y tiroteos masivos con solo dos supervivientes, tú y yo en esta batalla sin motivo ni recompensa, dos tontos jugadores que hacen que nadie se atreva a salir corriendo cuando abren fuego y nunca están satisfechos con el final.
Raras manías las nuestras en esta absurda declaración de guerra sin ningún fin ni resultado.